¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?
¿Quién
quita sus ojos del cometa cuando estalla?
¿Quién
no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?
¿Quién
puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?
Ningún
hombre es una isla entera por sí mismo.
Cada
hombre es una pieza del continente, una parte del todo.
Si
el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida,
Como
si fuera un promontorio o la casa de uno de tus amigos o la tuya propia.
Ninguna
persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta porque me encuentro
unido a toda la humanidad;
Por
eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas;
doblan
por ti.
John Donne
John Donne
Ahí que preciosidad *^* Admito que no me esperaba ese final pero me ha llegado a la patata u.u
ResponderEliminarUn beso! :)
Absolutamente hermosa. Gracias por compartirla.
ResponderEliminarUn besazo.
Hermosísimo sentimiento de hermanamiento. Precioso!!
ResponderEliminarBesos,
¡Qué hermoso!
ResponderEliminar¿De qué libro es? :o
Es mi cita literaria predilecta, y me alegra ver que os gusta ^.^
ResponderEliminarSeñorita Especial: Yo la conoci a través del libro Por quién doblan las campanas de Ernest Hemingway, pero pertenece a la obra de John Donne: Devotions Upon Emergent Occasions (1624), es una obra en prosa en la que trata los temas de la muerte y de las relaciones humanas.